Una medida que en España el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ni siquiera ha contemplado, pese a que en nuestro país los funcionarios suponen casi un tercio del gasto público. Todo lo contrario, el Gobierno ha decidido nadar a contra corriente de la tendencia que se está instalando en otros países -en EE.UU., el Presidente Barack Obama ya ha anunciado la congelación del sueldo de los altos cargos públicos para combatir la crisis- y subirá el salario a los trabajadores de la administración algo más de un 3% (incluyendo complementos de destino y planes de pensiones).
Los Presupuestos Generales del Estado para 2009 contemplan unos gastos de personal de 26.847,76 millones de euros, de los cuales 12.817,04 corresponden a los funcionarios, 84,56 millones a altos cargos y 1.086,7 millones al personal laboral, entre otros. Por otra parte, el salario de los funcionarios depende de su categoría, puesto y antigüedad. Por ejemplo, un licenciado del Grupo A (el más alto) puede ganar, considerando la suma del sueldo y el complemento de destino, entre 22.186,26 y 27.852,30 euros brutos anuales. Mientras que un funcionario del grupo C2 (categoría más baja), gana como mínimo unos 10.160 euros brutos al año. A este salario se le sumarían los trienios, un suplemento que se les añade cada tres años y que oscila entre 157 y 523 euros brutos anuales.
Ante esta situación, ya se han levantado algunas voces que cuestionan la oportunidad de aumentar los sueldos en la Administración, teniendo en cuenta los malos datos macroeconómicos del país y el fuerte incremento del empleo (el martes se conoció el dato de que el número de parados registrados superó en enero la cota de los 3,3 millones). Sin embargo, esta subida responde a una promesa que hizo Zapatero hace cuatro años a los sindicatos con la que se pretendía compensar la pérdida de poder adquisitivo del sector como consecuencia de las congelaciones salariales llevadas a cabo por el Gobierno de José María Aznar.
Sobre la conveniencia de reducir el sueldo a los funcionarios, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, destacó el pasado mes de octubre que en momentos de crisis económica como el actual, ella prefiere reducir el número de altos cargos del Gobierno que bajar el salario a los trabajadores públicos, ya que la actual es la Administración con mayor número de altos cargos de la historia y apostó por “recortar el gasto corriente” y la inversión en publicidad.
Cuando las barbas de tu vecino veas cortar... Y es que la decisión de Irlanda de recortar el sueldo a los funcionarios responde a un déficit público que triplica el límite del 3% establecido por el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea. El primer ministro, Brian Cowen ha anunciado un Paquete de Austeridad para reducir en seis puntos porcentuales este déficit y la primera medida que ha presentado es la rebaja del sueldo de los funcionarios, una decisión que Cowen describe como “comienzo creíble”, pero que seguramente levantará cierta polémica.
De hecho, el pasado mes de octubre, la presidenta irlandesa, Mary McAleese, fue la primera que dio el paso con el fin de dar ejemplo y redujo su sueldo en un 10%. McAleese ganaba 325.000 euros anuales. Y esto es sólo el principio.
El Ejecutivo quiere conseguir un ahorro de 4.000 millones de euros en 2010 y en 2011, de 3.500 millones en 2012 y de 3.000 millones en 2013. Así que el plan de Cowen contempla otras medidas, como que los aproximadamente 350.000 funcionarios hagan aportaciones propias para sus pensiones, que se deducirían de sus salarios o modificar las ayudas por hijos para ahorrarse hasta 75 millones y recortar las ayudas al desarrollo en el extranjero en 95 millones.
Irlanda se convirtió la semana pasada en el primer país de los dieciséis de la eurozona al que la agencia Moody´s recortó la calificación crediticia a negativa. El deterioro de las finanzas públicas se debe, tal y como señala elFinancial Times, a la caída de los ingresos a través de impuestos por el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Una situación muy parecida a la de España, que vió el pasado mes de enero como S&P le rebajaba el rating a "AA+", con un déficit fiscal que ha alcanzado el 3,4% y un exterior que ha crecido hasta el 8-9%. Además, la recuperación del país será más lenta como consecuencia del hundimiento del ladrillo y la dificultad de reconversión del modelo de negocio. Según el Fondo Monetario Internacional, el PIB caerá el 1,7% en 2009 y el 0,1% el año siguiente, con lo que España no comenzará a levantar cabeza hasta 2011.
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