domingo, 28 de diciembre de 2008

para reflexionar (four)

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A estas alturas de partido muchos se preguntarán, entre otras cosas, el porqué de la complicidad entre todos los actores implicados en este gran follón, que es la crisis inmobiliaria, en el que nos encontramos metidos y del que vemos una complicada salida a corto y medio plazo. Las cuestiones retumban en las conciencias de los afectados. A saber:¿Quién decidía las operaciones inmobiliarias en las entidades financieras; el departamento de riesgos o el área comercial? ¿Quién decidía en el Banco de España sobre la necesidad o no de tomar medidas respecto la excesiva concentración de riesgos de la banca en el sector inmobiliario?; ¿fallaron los inspectores o quienes recibieron la información de éstos?¿Quién decidía en la CNMV sobre la información a requerir y a ofrecer acerca de las numerosas operaciones de compañías citizadas relacionadas con el sector inmobiliario?; ¿de qué información se nutren todas estas entidades y profesionales? ¿Además de la información suministrada por auditores y tasadores, no eran suficientes todos los datos recogidos sobre el propio terreno que advertían de lo que se avecinaba? Visto así, parece como si todo fuera un problema de falta de información, análisis de ésta o de, como parece más probable, no querer hacer caso a lo que todos los indicadores apuntaban. Esto ha sido como si, circulando con nuestro maltrecho coche, se encienden, a la vez, las señales de cambio de aceite, falta de gasolina y excesiva temperatura del motor y, tras ver estas alertas, fuéramos a un taller para… reparar un par de arañazos y pintar de nuevo el vehículo para continuar el viaje. Como si del Lute se tratara: “camina o revienta”. ¡A ver si ahora todo se va a reducir a un problema de información!  Es cierto que las empresas inmobiliarias han tenido siempre sus “manías contables” como, por poner un ejemplo, las siguientes: En cualquier compra de suelos destinados a ser desarrollados en el futuro, era práctica habitual lo siguiente: Contabilizar como existencias a corto plazo los activos inmobiliarios, aun a sabiendas de que esos activos no generarían riqueza para la sociedad hasta bien cerrados unos cuantos ejercicios contables más. ¿Quién no habrá hecho esto con suelos cuyos tiempos de desarrollo son a largo plazo?La deuda contraída para financiar la adquisición de estos activos, por supuesto, ahora sí tocaba ser contablemente ortodoxos, se contabilizaba como un pasivo a largo plazo. El 
resultado de 1+2, en este caso concreto, era el ofrecer una imagen de la sociedad que no se correspondía con la realidad. Estaríamos ante una empresa mucho más solvente de lo que en realidad era. Es lógico: aparentemente podríamos generar liquidez con nuestros activos a corto plazo mientras que no nos exigirán cumplir con nuestras deudas hasta más adelante.Otra práctica habitual era (ya no es posible con la modificación del Plan General de Contabilidad en España) el adelantar en el tiempo el reconocimiento de los beneficios empresariales. 
Hasta el ejercicio pasado se podía reconocer el resultado contable de una promoción inmobiliaria una vez que ésta se encontraba desarrollada sustancialmente (el PGC hablaba del 80% de avance de la misma). Esto facilitaba el acomodar el resultado contable al antojo de la dirección de la empresa. El “80% de desarrollo de la promoción” admitía una gran flexibilidad. Servía:  En el caso de una sociedad cuyas acciones cotizaran en un mercado organizado, para dar una imagen de fortaleza ante el mercado, lo que siempre suponía buena noticia ante los accionistas. En el caso de sociedades no cotizadas, lo que se conseguía era capitalizar “ficticiamente” un balance al que le sobraba algún que otro kilo de deuda bancaria. Puro “marketing contable”. De esta forma, cualquier ratio financiero que tuviera en su cociente la partida de “Fondos Propios”, mejoraba notablemente. Eso sí, esta práctica tenía un único “pero” para la sociedad pero que, por otro lado, beneficiaba al Estado: Hacienda ingresaba, por anticipado, el 35% de estos beneficios. Se trataba de un coste que, en épocas de bonanza, se asumía sin excesivo dolor. Vaya, vaya. Ahora bien, lo expuesto anteriormente, no pasaba de ser puro maquillaje barato ante cualquier análisis medianamente serio de las cuentas de estas sociedades. Esto que se hacía en el inmobiliario, se llamaría de cualquier otra forma mucho más censurable en cualquier otro sector empresarial. En todos los sitios cuecen habas. Quien de verdad quería saber cuál era la verdadera situación de una sociedad, sabía qué documentación pedir y qué datos escudriñar. Otra cosa es que lo hiciera. Había muchas empresas que no practicaban estas artes y otras muchas que las practicaban de una forma más abusiva que la expuesta anteriormente. Por supuesto, no se puede generalizar. Tan sólo he tratado de ofrecer una idea de cómo se podía vestir la realidad contable de las empresas inmobiliarias pero, como bien sabemos, aunque se vista de seda, mona se queda. Lo más importante de todo esto es que no creo que, quien necesitara saber cuál era la situación exacta de una empresa en concreto, no pudiera hacerlo sin mayores problemas. Con esto trato de responder a una de las cuestiones planteadas al principio del artículo. Las entidades financieras sabían perfectamente cuál era la situación de las empresas a las que prestaban millones y millones de euros. El 
promotor que no paseara un balance con un endeudamiento bancario equivalente a seis, siete o más veces el importe de sus Fondos Propios, no era nadie. Le vendían la idea de que estaba dejando escapar la oportunidad de multiplicar sus beneficios empresariales más allá de lo que nunca hubieran imaginado. En realidad, lo que nunca hubieran imaginado era la ruina en la que se estaban metiendo. Estoy seguro de que, tanto el Banco de España (tengo buenas referencias del 
serio y exhaustivo trabajo que realizan los inspectores de este organismo analizando los riesgos de las entidades financieras españolas) como la CNMV, se surtían de los mejores datos necesarios para tener una visión realista de la situación en cada momento. Por tanto, si la información era buena, ¿qué es lo que ha pasado aquí? Sinceramente, no lo sé. Lo que sí tengo claro es que aquí todo el mundo sabía dónde estábamos hace dos años, el año pasado y ayer mismo. Otra cosa bien distinta es que no se hayan querido, o podido, tomar las decisiones que requería la situación de los mercados en cada momento. 

para reflexionar (three)

Ya queda  cada vez menos 

Las bolsas pierden 30 billones de dólares de capitalización durante la crisis 

Publicado el 17-12-08 , por C. Rosique 

«Un traumático balance bursátil». Así se refirió ayer Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME), a lo que ha supuesto 2008 para los inversores. Lo hizo durante su discurso en el tradicional almuerzo navideño organizado por el hólding. Este año pasará a la historia de las bolsas como el más difícil desde el crash de 1929, donde han sucumbido a la crisis del sector financiero y al drástico empeoramiento de las expectativas económicas. 

El Ibex baja cerca del 40%, en línea con el resto de plazas europeas, y sufre la mayor caída anual de su historia. 

La consecuencia: las bolsas mundiales han perdido 30 billones de dólares de capitalización (21,7 billones de euros), más que el PIB de EEUU y Europa juntos, desde octubre de 2007. Según Zoido, en España, la pérdida ha sido de 338.000 millones de euros, lo que equivale a un 32% del PIB. Esto ha supuesto que el peso de la capitalización bursátil respecto al PIB se ha reducido del 112% de 2007 al 54% en octubre de 2008. 

Control de riesgos El presidente de BME se refirió a los cambios que ha supuesto la crisis, entre los que destaca la intervención extraordinaria de los Estados y reclamó una simplificación de muchos instrumentos financieros y que sean tratados en mercados organizados. «La ausencia, para muchos instrumentos tratados fuera de la bolsa, de un modelo de mercado adecuado para sustentar una formación de precios creíble es un vacío tan manifiesto que las autoridades reguladoras y supervisoras no pueden pasar de largo sobre ello en esta crisis», aseguró. «Sería la gran aportación de la crisis en beneficio de la transparencia, confianza y fiabilidad del sistema», concluyó. 

En España, la pérdida en capitalización ronda los 338.000 millones de euros, el 32% del PIB 

Hizo referencia a que la crisis está modificando los patrones de la actividad financiera y obliga a buscar nuevos criterios de seguridad, estabilidad, responsabilidad y mayor control de riesgos. En su opinión, las bolsas deben ser valoradas en la medida que han demostrado su capacidad y eficiencia en las circunstancias más complejas. 

Zoido resaltó que los mercados organizados, tanto de contado como de derivados, han tenido un comportamiento ejemplar. El presidente de BME defendió que la crisis ha reforzado el papel de la bolsa en la economía y en el sistema financiero y que «desde agosto de 2007, las bolsas han sido, junto a los Bancos Centrales, los principales proveedores de liquidez de los mercados», apuntó. 

Más competencia Zoido hizo referencia también al aumento de la competencia al que se enfrenta BME con la llegada de plataformas alternativas de negociación a raíz de la entrada en vigor de la directiva europea MiFID. Aseguró que, a escala europea, la proliferación de las mismas ha fragmentado la liquidez de los valores y también la calidad de la información, lo que dificulta su adecuado análisis. 

El presidente de BME no quiso entrar a valorar el daño que puede hacer la hipotética cuota de mercado que le puedan restar estas plataformas a la bolsa. Eso sí, aseguró que la directiva supone una oportunidad para ampliar su gama de productos y servicios. 

Zoido asegura que la calidad de información de mercado ha ido a peor con MiFID 

Pero como en un mal sueño, la virtud de la liquidez ha jugado en contra de los parqués. Las bolsas han sido el único asidero de liquidez, pero precisamente por ello han sufrido las consecuencias a modo de ventas masivas. 

Para Zoido, esto tiene una importancia especial debido a la enorme volatilidad que han sufrido los índices. De las 12.000 sesiones que ha abierto la bolsa en los últimos 50 años, nueve de las 20 en las que se ha producido una mayor variación diaria (superior al 6%) se han producido en 2008. Las continuas y agresivas oscilaciones de los índices han expulsado del mercado a muchos inversores. 

Menos dinero La huida de los inversores ha quedado reflejada en el cada vez menor volumen de negocio. Entre enero y noviembre la contratación ha caído un 24,15% respecto a los once primeros meses de 2007, hasta los 1,2 billones de euros. No obstante, el número de transacciones aumentó un 9%, hasta los cerca de 35 millones de euros, el nivel más alto de la 
historia. 

El volumen de OPV se ha parado en seco. Este año, en la bolsa española, sólo se ha atrevido a dar el paso CAM, que ha sido la primera caja de ahorros en emitir cuotas participativas por valor de 292 millones. Las ampliaciones de capital se han reducido, hasta los 15.752 millones, pese a registrar la de Santander, por importe de 7.200 millones, la mayor con desembolso monetario de la historia de la bolsa española. 

Zoido tiene claro que 2008 va a significar un punto de inflexión en el ahorro de las familias españolas. Los datos provisionales apuntan que, por primera vez desde la década de los 90, el patrimonio total de las familias sufrirá este año un descenso significativo como consecuencia de la caída de los precios del patrimonio inmobiliario y de los activos financieros. 

PER bajo y rentabilidad por dividendo La caída de las cotizaciones ha hecho que el PER (relación cotización/ beneficio pro acción) esté en mínimos de tres décadas, al bajar a una ratio de siete veces, cuando la media histórica es de 14 veces. Así se explica que la rentabilidad por dividendo es la más alta en 20 años y se acerca al 7%. 

Entre enero y noviembre, las compañías cotizadas han repartido entre sus accionistas 26.825 millones de euros vía dividendos, un 15,71% más que en el mismo periodo de 2007. Esta cantidad iguala al conjunto de los dividendos que pagaron las cotizadas entre 1990 y 1997. Si se incluyen otras retribuciones, como la devolución de aportaciones, el importe repartido asciende a 27.131 millones, un 16,5% más que hasta noviembre de 2007. 

 ¡¡¡ y a confiar en la recuperación de las economias de nuestro entorno!!!!. .............Despues ya vendra la nuestra. 

 

Para reflexionar (two)

La economía se convertirá en la primera preocupación de los ciutadanos  muy por encima de todo lo demás. 
  
  

Pocos parecen recordar a día de hoy lo que fue la crisis inmobiliaria de principios de los noventa en España. Tras los excesos que trajo consigo la celebración simultánea de las Olimpiadas de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, el Tío Paco tardó poco en llegar con una rebaja que supuso que, sólo en 1992, los precios de la vivienda cayeran un 6,7%, excepción que hasta ahora había confirmado el aforismo de que “la vivienda nunca pierde valor” con el que muchos se han autoconvencido de sus locuras inversoras a lo largo de los últimos años. No recuerdan que los cinco años siguientes fueron de travesía en el desierto y, aunque nominalmente los precios repuntaron alrededor del 7%, en términos reales, es decir: ajustados a la inflación, su valor se contrajo alrededor de un 18%. Cierto. Para muchos, aún siendo las dos caras de la misma moneda, no son elementos exactamente comparables ya que la pérdida absoluta de riqueza se percibe de un modo muy distinto a su merma relativa que, incluso, se podría considerar en términos de coste de oportunidad. Una reflexión teórica interesante sobre la que algún día tendremos que volver.Pero no es el objeto del artículo actual. El recuerdo de 1992, y del quinquenio de parálisis del ladrillo que le siguió, debería servir para poner en su justo sitio la primera crisis inmobiliaria del siglo XXI que hoy estamos padeciendo. La situación es esencialmente distinta a la de entonces, toda vez que la dimensión del problema es sustancialmente superior lo que exige una corrección más intensa en tiempo y forma. No hace falta irse por las ramas para darse cuenta que así es. Más allá de las evidencias macroeconómicas acerca del peso alcanzado por el sector en el modelo productivo español, basta con acudir a la realidad que se deriva de las fuerzas simultáneas de oferta y demanda en España. En efecto. El stock que figura en el escaparate del residencial español es cercano a los dos millones de unidades, resultado de ese exceso de producción de los últimos años que asombraba a Europa, toda vez que nuestra tasa de propiedad es de las más altas de la región, y permitía sacar pecho a nuestros políticos, los mismos que ahora se sorprenden de su colapso. Por su parte, entre los compradores cunde el desánimo como nunca antes. Para los que buscan su primera vivienda, la ausencia de financiación y la incertidumbre sobre su futuro laboral, con un horizonte de 20% de paro a 18 meses vista (1 trabajador de cada 5 que se dice pronto), actúan como freno a la voluntad adquirente. Colas como las que se han formado ante el bluff sabido de antemano del Pocero de Fuenlabrada deberían servir no como anécdota digna de ser contada sino como signo de los tiempos que corren. Por lo que respecta a los inversores, son conscientes de que aún no ha llegado su hora. Cuando no se percibe ni potencial plusvalía, ni aparente rentabilidad, mejor mantenerse al margen.Cualquier desequilibrio de oferta y demanda como el actual debería conducir, sin duda, a una rebaja sustancial de la variable de ajuste que es el precio. Y mientras que en los países que han vivido burbujas similares a la nuestra, éste ha sufrido caída de doble dígito, en nuestra nación la estadística oficial señala que hay un incremento nominal, siquiera mínima, año sobre año. Ojo, estamos hablando del agregado, no de operaciones singulares. ¿Qué está pasando? A mi juicio hay un cuadruple factor que a día de hoy está actuando como freno a la caída en el valor de la vivienda. Por lo que respecta a la primera mano, la actuación precipitada de los bancos a la hora de hacerse con promociones en curso para evitar procesos concursales, están permitiendo trasladar el exceso de precio del promotor a la entidad financiera sin pasar por el mercado. Aunque ésta se haga con los activos al valor de su deuda, hasta que el bien no salga a la venta, ese menor precio de adquisición no se traslada al cliente final. Por otra parte, la aparición de la figura del concurso voluntario de acreedores permite que la actividad de la firma siga de una forma supervisada en manos de sus administradores por lo que, de cara a garantizar la actividad futura de la entidad, nadie se atreve a hacer ventas a pérdida que pongan aún más el riesgo el futuro patrimonial cuando se pueden instar las quitas que sean oportunas a los financiadores. Hasta que las mismas se aprueban, no se renegocia el nuevo margen y, por ende, no se repercute a los pisos. En lo que a la segunda mano se refiere, el sistema garantista español es sin duda un freno a la caída del precio de las casas. En la medida en que el hipotecado responde ante el acreedor con todos sus bienes presentes y futuros, su voluntad de pago es muy superior al de los ciudadanos de naciones donde el riesgo se limita a la garantía aportada. Por último, el proceso de liquidación de la propiedad es terminal, en el sentido de que la ciudadanía aguanta su estatus hasta que es insostenible, produciéndose entonces la liquidación por derribo de sus activos. A ese punto aún no hemos llegado. Aunque falta poco.¿Cuánto puede durar esta situación? Ya hemos defendido desde estas líneas lo que hemos llamado la teoría de la avalancha que hace referencia a la aportación marginal, un copo de nieve, como desencadenante de un proceso destructivo de magnitud muy superior. Ahora mismo la clave está en la capacidad de aguante de las entidades financieras que sustituyen activos rentables como los créditos por bienes ilíquidos lo que restringe su capacidad de dar financiación adicional al mercado, incidiendo sobre la demanda. No hay rotación. Por otra parte, las entradas en mora de promotores suponen una merma paulatina de sus niveles de solvencia que, igualmente, les impide, si no quieren disparar sus niveles de apalancamiento, ser más activos en su acción prestamista. El crecimiento de las carteras de inmuebles de forma paralela al aumento de los impagos tiene un límite. Y habrá un momento, un piso más, un concurso adicional, en el que lo perentorio será limpiar el balance por el lado del activo con objeto de no poner en peligro la propia supervivencia, salvo recapitalizaciones dudosas impuestas por el regulador. No hay que olvidar que renunciar a un 25% de los ingresos del crédito promotor, al 5% de rentabilidad neta, a cambio de pisos, tiene para el conjunto del sector un impacto en el margen de intermediación del 10%, pérdida a añadir al deterioro natural del negocio consecuencia de la situación económica. Eso por no hablar del impacto que los créditos sin garantía real pueden tener sobre el balance. El momento del basta ya está mucho más cerca de lo que muchos piensan y, cuando se produzca, su paso a la Atila provocará que pocos se acuerden de la distinción entre bajada real y nominal en nuestro país. ¿Cómo de profunda será la caída? Bueno no hay que olvidar que el precio de la vivienda sobre la renta bruta de la unidad familiar se mantiene, según datos del Banco de España, en máximos de siete veces frente a la media histórica de cuatro. Suponiendo la reversión del ratio a dicha media, sólo por el lado del numerador podríamos justificar una reducción de alrededor del 40% en el precio de los pisos. Sin embargo, en un proceso como el que actualmente está viviendo nuestro país, de enorme dependencia exterior sin recursos de tipo de interés o de cambio para atraer capitales, cabe esperar un brusco ajuste de los salarios reales con objeto de ganar competitividad. Una reducción que algunos analistas sitúan en el 20%. La caída en el importe del denominador haría que la corrección tuviera que tener aún mayor profundidad pudiendo superar el 50% ajustados por la inflación. Ups. Si nos fuéramos a otro indicador de sobrevaloración como es el rendimiento del alquiler, el cálculo saldría bastante parejo. Sin posibilidad de incremento de las rentas, el mayor retorno, que actualmente y según Credit Suisse, se sitúa en el 2%, tendría que venir por el lado del valor de la vivienda. Para que rendimiento doble, y al menos se acerque a los costes de financiación, el precio de las casas ha de reducirse a la mitad. Ojalá que este análisis fuera equivocado pero me da que no. Estuve el viernes desayunando con un banquero de pro con intereses notables en el sector. 
Y él fijaba el límite del ajuste en el 30% a dos años. Ya se lo dice McCoy. Se queda corto. O no. Debate abierto. 

XXX Aniversario de la Constitución

Eran las 10 y media de la mañana cuando un grupo de compañeros de UPyD 
Tarragona tomaban un café en una Cafetería del centro de Salou. 

Comentarios 
referentes a las notícias de la prensa diaria (terrorismo, marco 
constitucional, desempleo, desgobierno,..)  y también otros referentes 
al eco que ha tenido la apertura de la primera sede UPyD en Catalunya. 


las 11 de esta fría mañana otoñal hemos colocado una mesa sencilla 
junto al Mercat de Salou, la hemos cubierto con un  paño magenta y 
hemos dispuesto en ella el material adecuado para dar a conocer a las 
ciudadanas y ciudadanos de Salou las líneas maestras de nuestra 
propuesta. 

Hemos repartido una gran cantidad de documentos. 
Hemos hablado con un montón de personas. Hemos tenido un recibimiento 
excepcional y hemos visto mucha ilusión y esperanza en nuestra 
organización. Rosa Díez, la Constitución,  PARO, Autonomías, 
nacionalismo, educación, bilingüismo, sanidad, etc  ...incluso hemos 
recibido mensajes muy claros y concretos  en relación a la política 
municipal de Salou; todos ellos son temas que han ido saliendo y 
planteándose por parte de los vecinos/as de Salou. 

Ha 
resultado una mañana agradable. Hemos quedado satisfechos. Buenas 
vibraciones compañeros/as. Seguiremos mejorando nuestra tarea de 
aproximación al ciudadano. Ha sido una entrada en la sociedad de Salou 
en toda regla. El Plan B dará sus frutos. 

¡ FELICIDADES CONSTITUCIÓN! 

Aviso a navegantes: "las pilas cada vez están más cargadas" 

Saludos 

Primera sede UPyD en Catalunya y XXX Aniversario de la Carta Magna

¿Qué maravilla? 

Ayer UPyD Tarragona estuvo participando activamente en la inauguración de la primera sede UPyD en Catalunya. ¡ Qué gustazo! 

El lugar es extraordinario; un piso antiguo que ha experimentado un cambio espectacular en su interior: amplios espacios intercomunicados, salas, despachos, almacén,  lavabos y todo ello inundado con un color magenta precioso. Cuadros de nuestra lider en diferentes momentos de la corta pero intensa vida de nuestro partido hacen que sea una instancia llena de vida, ilusión, libertad, compromiso e independencia. ... 

   Y la fachada? El escaparate de las Ramblas no puede ser mejor: Ramblas 101 - cartel grande de UPyD junto con las banderas de Cataluña, España y Europa que ondeaban en le balcón desde el cual se avistan las Ramblas y el ancho Mar Mediterráneo. ¿Cómo te hubiera gustado Jerónimo? 

Además estaba Rosa bañando todos los espacios y rincones, dando besos a diestro y siniestro; también Angel Hernández y Gorriarán  .. y otros muchos compañeros y afiliados de UPyD. 

Tomamos un vino en armonía y nos volvimos a Tarragona con un gran bagage de amigos y amigas, de Sabadell, de Madrid, del Baix LLobregat, de Lérida (pareja amiga y animada) y de otros muchos sitios ......¡qué maravilla! 

   Y también os tuvimos presentes a todos los que no pudísteis estar, en todo momento contamos con vosotros para representar dignamente la provincial de TGN. 

Y mañana hemos quedado a las 11 menos cuarto en Chapeau, tomaremos un café y comenzaremos el ya denominado Plan B de la expansión. 

XXX Aniversario de la Constitución 

Saludos compañeros/as i ENDAVANT

Documento Base UPyD-TGN

TARRAGONA

 

 

 

 

UNION PROGRESO Y DEMOCRACIA  es un partido político progresista, de ámbito estatal y es el partido liderado por Rosa Diez.

Partido laico, socialdemócrata, con una clara apuesta por lo público y sin complejos ni cortapisas ante los nacionalismos, UPyD apuesta por una regeneración democrática integral, defendiendo el Estado y pensando más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones.

 

                                            N U E S T R A S  P R O P U E S T A S

 

Regeneración Democrática

 

*     Limitación de mandatos. UPyD estima que 8 años debe ser el tiempo máximo de permanencia, ocupando un puesto de responsabilidad en la vida pública.

*     UPyD propone eliminar todas las Asesorías de los Ayuntamientos, Diputaciones, Consejerías y confiar en los funcionarios profesionales.

*     UPyD propone límites a los nacionalismos y a las  autonomías. Recuperar el poder de decisión del ciudadano.

 

Revisión de la Ley Electoral

 

Es una ley injusta. Todos los votos deben tener el mismo valor. Hemos de acabar con la preponderancia de los partidos nacionalistas, a los que se les concede un poder de arbitraje en la política nacional.

 

Revisión del Modelo de Estado de las Autonomías

                       

EDUCACION.  UPyD defiende la IGUALDAD, y no hay elemento más igualitario de un país que la EDUCACIÓN. El Estado debe recuperar esta competencia; no hay país que soporte 17 Leyes educativas. URGE una revisión estatal de la política lingüística.

 

SANIDAD. Tenemos 17 modelos sanitarios distintos, con 17 calendarios de vacunas y con prestaciones tan diferentes que el principio de igualdad queda gravemente herido. La salud, sí que importa.

 

JUSTICIA. UPyD aboga  por la independencia del Poder Judicial. Los jueces no pueden ser  Delegados de los Partidos Políticos.

 

Revisión del Modelo Tributario

 

UPyD pide acabar con la financiación privilegiada de algunas CC.AA.

 

Y seguimos trabajando también en una revisión de la Ley antiterrorista donde prime el consenso, en la revisión del modelo energético y otros muchos asuntos que preocupan al ciudadano. Somos un partido político, un movimiento cívico, que se acerca al ciudadano para saber cuáles son sus problemas e intentar resolverlos.

 

Si quieres, puedes contactar con UPyD Tarragona en www.upyd.es y también en el nº de teléfono: 639-059-155

Medios afines al nacionalismo acaparan el grueso de las subvenciones en 2008

El Gobierno de Montilla ha subvencionado durante 2008 al diario El Punt con 1,8 millones de euros, a El Periódico con 1,7 millones, y al Avui con 1,4 millones. En el ranking demedios impresos beneficiados con el dinero público entregado por la Generalidad les sigue El País, con 375.000 euros.

En un reportaje publicado este domingo, Diari de Girona ha recogido en un cuadro comparativo las diferentes subvenciones otorgadas a los medios durante 2008 (pendientes de ser confirmadas tras la publicación en el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña) a las que el diario ha tenido acceso.

Los datos no contemplan los gastos de la Generalidad en publicidad o subscripciones a los diferentes medios de comunicación escritos.

Además de los datos incluidos en el cuadro comparativo, el artículo señala que, con toda seguridad, faltan por computar 150.000 euros a la revista El Temps, del editor valenciano Eliseu Climent (presidente de la nacionalista Acció Cultural del País Valencià), y más de 350.000 euros para Ona Catalana, perteneciente a la Cadena Ser. Del mismo modo, el Grupo Godó ha recibido más de 500.000 eurospara su cadena de emisoras de radio.

De esta forma El Punt adelanta a El Periódico y se pone en primer lugar en la lista de subvenciones a los medios de comunicación, que hasta el pasado añoencabezaba el buque insigne del Grupo Zeta.

Subvenciones por un proyecto digital inexistente

Diari de Girona ha denunciado también que El Punt ha recibido 375.000 eurosde subvención en los dos últimos años para la construcción de la web del diario que, de momento, no existe. De hecho, la información digital del diario El Punt se encuentra alojada dentro del digital Vilaweb, que también se beneficia de la generosidad de la administración autonómica catalana (más de 275.000 euros en 2007).

Subvenciones - Diari de Girona


Para reflexionar (one)

Es mi deseo que sirvan estas pésimas noticias como herramientas útiles para que podamos tomar una aproximación de la real crisis económica del país

Hispanidad, sábado, 22 de noviembre de 2008 
El PSOE sólo dará marcha atrás si ve que la entrada de Lukoil en Repsol puede hacerle perder votos, posibilidad más cercana que remota. 
Rajoy considera que si el Ejecutivo permite la operación es sacar de apuros a sus “amigos” de Sacyr. Encima, la operación intensifica el apalancamiento asfixiante en el que sobrevive la empresa española 

Cuando a Felipe González le preguntaron, seis meses después de abandonar Moncloa, su opinión sobre la gestión de José María Aznar respondió. “Lo peor es que el Gobierno no tiene una idea de España”. 

Hoy debería decir que el Gobierno, el de su doble sucesor, en Moncloa y en Ferraz, José Luis Rodríguez Zapatero, simplemente no cree en España. No lo ha dicho, pero González sí ha remachado que Repsol no debe venderse a la rusa Lukoil. Se ha negado a dar las razones, pero están claras para todos salvo para el poderoso aparato de propaganda 
que mima a ZP -todo él en quiebra, pero esa es otra cuestión-, formado por los medios públicos, PRISA y Mediapro, más la ayuda vergonzante de Tele 5 y la elegante neutralidad de A-3 TV

La operación Repsol indica que, en efecto, el presidente Zapatero no cree en España ni en su futuro y que le condena a ser un país de pymes, cada día que pasa más dependiente del exterior. Felipe González ha dicho que él impediría esa venta y se ha negado a dar las razones. No quería hablar de mafias rusas y no quería hablar de la defensa numantina que todos los líderes occidentales hacen de sus empresas estratégicas. Todos, menos ZP

Veamos, en la petrolera -a la fuerza ahorcan- aseguran que no encontraban en España a nadie con el dinero suficiente como para pagar un 20% de Repsol -el paquete de Sacyr- a 27 euros por acción. Pero ahora resulta que los rusos, como buenos multimillonarios, han decidido quedarse con un 30% de Repsol sin pagar un euro, es decir con crédito facilitado, entre otros bancos... ¡por la propia Caixa, que es vendedora! Increíble pero cierto. 

Es decir, no es que no hubiera españoles capaces de financiar la compra del 20% de Sacyr a 27 euros: lo que no había era voluntad de pagar el doble de lo que exigía el mercado, además de muchas ganas de marcharse de Repsol por parte de La Caixa, Caixa Catalunya y Mutua Madrileña (de Sacyr, origen del problema, mejor no hablar). Y mientras, el Gobierno Zapatero, calladito, hablando de españolidad pero dejando hacer. No sólo eso, certificando que no cree en el futuro 
de España y que lo poco que se tiene hay que venderlo cuanto antes. Por decirlo de otra forma, ZP está convirtiendo a España en un país de rentistas. 

Mariano Rajoy dice que el Gobierno cede la primera industria del país a una empresa relacionada con la mafia rusa para hacerle un favor a Luis del Rivero, empresario próximo al Ejecutivo. O ZP da una explicación, o habrá que darle la razón al líder del PP, por más el patético vicesecretario general del Psoe, Luis Blanco, asegure que la culpa de la venta de Repsol la tiene el Partido Popular. 

Por otra parte, al comprar a crédito, en primer lugar, se desvela el segundo culpable de la actual, y pavorosa, crisis financiera -el primer culpable, ya lo saben, se llama especulación-: el apalancamiento. Nadie compra con su dinero, que mantiene a salvo (ilusos: el dinero nunca está a salvo en sitio alguno) sino con deuda, y el excesivo endeudamiento es lo que está llevando a la ruina a las familias y empresas españolas. 

Se me dirá que el problema de Repsol es que la constructora Sacyr no quería vender a 13 euros lo que compró a más de 26, por lo que necesitaba un comprador que estuviera dispuesto a pagar esa cantidad. Los rusos están dispuestos. En primer lugar, porque si les sale mal serán los bancos prestamistas quienes tengan un problema y, en segundo lugar, porque saben que Repsol vale eso y mucho más. Los rusos sí creen en su futuro y están dispuestos a pujar por mejor su posición. En España, por contra, quien logra el éxito empresarial sólo piensa en vender para vivir de las rentas y el que compra lo hace a crédito con la esperanza de obtener una plusvalía. 

Ahora bien, que el Gobierno permita que su mayor empresa industrial caiga en manos de la mafia rusa porque una constructora se ha endeudado en exceso, no deja de resultar ilustrativo de una labor de Gobierno. Digámoslo claramente: lo ocurrido en Repsol tiene un diagnóstico muy simple. Tras años de dinero barato todos -Estado, empresas y particulares- hemos perdido el sentido del riesgo, lo que, traducido al román paladino, significa esto: hemos perdido el sentido común, el que nos recuerda que las deudas contraídas se acaban pagando... salvo que no aceptes las reglas del juego, que es lo que 
hacen algunos grandes depredadores empresariales y algunos grandes gobiernos, como el ruso. 

Todos estos intereses privados y egoístas, configuran un país en el que el patriotismo es un concepto bufo, que provoca sonrisas sardónicas. 

Toda España está en venta porque nadie, empezando por su Gobierno, cree en España. Esa máscara del cinismo que es la vicepresidenta primera y portavoz del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, quien, como su jefe de filas, practica la tautología, ha comenzado la campaña para hacer tragable lo intragable. Al gobierno, nos explica este prodigio de la economía, sólo le preocupan dos cosas: la fortaleza de nuestras empresas y que Repsol esté dirigido por españoles. 

Es muy loable que a un Gobierno le preocupe la solvencia de sus empresas y no su insolvencia, pero lo segundo tiene chispa: como siempre, la vicepresidente miente: pretende que Repsol seguirá siendo española aunque la propiedad no sea española si está dirigido por españoles (por ejemplo, por su propio hermano, que ha sido directivo de la firma y ahora es consejero de Petronor). Doña Teresa, e incluso el más lerdo de los cuarenta y cinco millones de españoles 

sabe que la única potestad de un propietario es despedir al empleado y que, cuando los rusos se sientan lo suficientemente fuertes, echarán a los españoles porque, además, se la bella casualidad de que son del negocio y entienden de esto. 

Con estas palabras, vuelve a repetirse el escándalo de Endesa, que fue vendida por el Gobierno (y bien vendida, porque ningún presidente de la democracia española tuvo tanto poder como ZP sobre los medios informativos) como una solución española cuando lo único que había era un pelotazo de la familia Entrecanales, tan millonaria como eco-progre, o sea, próxima al Gobierno ZP, y una entrega de la primera empresa productora de electricidad del Gobierno italiano. 

ZP es lo que los argentinos llaman un vendepatrias, por la sencilla razón de que no cree en España. El presidente es como una plaga bíblica que nos ha caído encima a los españoles, amén de un personaje siniestro capaz de cualquier cosa -cualquiera- con tal de mantenerse en el poder. Desde luego, capaz del engaño permanente, con tal de permanecer como inquilino en La Moncloa. Por lo demás, ni cree en España ni cree en los españoles, y le regalará el Ministerio de Defensa con los tres ejércitos anexos al Principado de Andorra si con ello se asegura su continuidad en el “trono”. 

Sólo detendrá la entrega de Repsol a Lukoil si ve que la operación -y hay indicios de ello- toca la fibra, no ya del desaparecido patriotismo español, sino de su sentido común, o de mero instinto de supervivencia, que se supone sigue latiendo en algunos españoles. En definitiva, si la gente empieza a convencerse de que tenemos a un majadero por presidente del Gobierno. Un majadero, eso si, al que sólo le preocupa su imagen personal y su permanencia en el puesto de mando. Lo demás, incluso destrozar el ya tocado tejido industrial español, le trae sin cuidado. ¿Es tonto Zapatero? Inteligente no es, desde luego, pero sólo se puede comprender su política desde su punto de vista: lo que no nunca hará será el mismo gesto de su antecesor a lo largo de ocho años: dijo que se iría en dos legislaturas y cumplió su palabra. Todavía estamos esperando una promesa similar de este desastre nacional, inquilino del Palacio de la Moncloa

Estamos, en verdad, ante la demolición del tejido industrial español, realizado con la connivencia del Gobierno de España. No quedan libres de culpa los empresarios, aunque no sean los culpables -el culpable es el Gobierno que, pudiendo evitarlo por razones de interés nacional, no lo evita- pero si los causantes de la tragedia. Empresarios españoles que ponen en solfa el tejido industrial para solucionar un problema de deuda donde ellos, y sólo ellos, se han metido. Es cierto que un empresario se debe a sus accionistas, pero no menos a sus trabajadores, a sus clientes y a la sociedad a la que sirve y de la que se sirve. 

Eulogio López