sábado, 10 de octubre de 2009

PASTA ES PASTA, NI VALORES, NI MORAL, NI IDEOLOGÍA: EL ‘EMPRESARIO OFICIAL DEL PP’ EN EL CASO GÜRTEL TAMBIÉN HACÍA NEGOCIOS CON ZAPATERO

De Clases Medias. Blogspot.- Reproducimos la crónica de elconfidencial.com:

Pasta es pasta, ni valores, ni moral, ni ideología, el empresario oficial del PP, el empresario mercantilista favorecido por el PP en Castilla y León y la Comunidad Valenciana, el hombre de los medios del Partido Popular, que acaba de cerrar 13 televisiones en la Comunidad Valenciana, también hacía negocios con Zapatero, favorecido por Moncloa.

La casta parasitaria no tiene la más mínima decencia. Todo es expoliar al ciudadano, con todas las administraciones sean de derechas o de izquierdas.


José Luis Rodríguez Zapatero dio instrucciones a varios de sus ministros en 2006 para que favorecieran al constructor leonés José Luis Ulibarri, uno de los empresarios imputados en el caso Gürtel, con contratos y adjudicaciones de obras públicas. El presidente del Gobierno, que el pasado año arropó con su presencia a Ulibarri en el acto de celebración del aniversario de una de sus empresas, encargó la tarea a su asesora personal en La Moncloa, Angélica Rubio, una de las consejeras más cercanas a Zapatero, según han asegurado a El Confidencial fuentes socialistas de toda solvencia.

Sin embargo, el estallido del escándalo de corrupción vinculado al PP, el pasado mes de febrero, quebró abruptamente las excelentes relaciones que hasta ese momento habían mantenido ambos personajes. Ulibarri perdió el favor de Zapatero porque éste, según las fuentes consultadas, temía que su buena sintonía con el empresario fuese utilizada por la oposición en su contra, como efectivamente ocurrió: el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, exhibió en un debate parlamentario, pocos días después de que el caso Gürtel saltara a los medios de comunicación, una fotografía en la que el presidente del Gobierno saludaba afectuosamente a Ulibarri. Y abandonada por el Gobierno -y por los bancos-, su constructora entró en barrena.

Rubio rechazó ayer dar su versión de los hechos. La asesora y amiga íntima de Zapatero -leonesa como él-, que ocupa el cargo de directora general de Coordinación Informativa en La Moncloa, no quiso atender las llamadas de El Confidencial. En su lugar, la secretaria de Estado de Comunicación, Nieves Goicoechea, aseguró, tras consultar con Rubio, que ésta no tenía "ningún comentario que hacer", y añadió que "se reserva el derecho a emprender acciones judiciales" contra este periódico.

Ulibarri, paisano de Zapatero, es el presidente del Grupo Begar, una de cuyas filiales, Begar Construcciones y Contratas, presentó el pasado mes de junio un concurso de acreedores -la antigua suspensión de pagos- con un pasivo de casi 300 millones de euros. El empresario, según consta en el sumario del caso Gürtel instruido por el juez Baltasar Garzón, pagó supuestamente tres millones de euros en comisiones al cabecilla de la trama, Francisco Correa, a cambio de que éste mediase ante el entonces alcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, El Albondiguilla, para dar un pelotazo urbanístico en esa localidad madrileña.

"Dar un buen trato"

A lo largo de 2006, Rubio cumplió el encargo de Zapatero y presionó a varios ministerios en favor de Ulibarri, siempre de forma discreta y a través, generalmente, de los jefes de gabinete de cada uno de los ministros. La asesora del presidente del Gobierno, lejos de andarse con rodeos, solía ir directamente al grano: "Convendría dar un buen trato a las empresas del Grupo Begar", dijo en más de una ocasión a sus sorprendidos interlocutores. Y éstos, conscientes de que el mensaje venía "de muy arriba", según las fuentes consultadas, lo interpretaron no como una sugerencia, sino como una orden.

El levantamiento parcial del secreto de sumario del caso Gürtel, esta misma semana, ha revelado que las presiones de Rubio a varios ministerios en favor de Ulibarri, cumpliendo órdenes de Zapatero, no fueron un hecho aislado. Según una conversación telefónica mantenida el pasado 25 de diciembre entre Correa y el empresario José Luis Martínez Parra, la asesora personal del presidente del Gobierno se comprometió a "echar una mano" a este último. Martínez Parra, propietario de la constructora Teconsa -también investigada por el presunto pago de comisiones a la trama corrupta-, acudió a finales de 2008 a La Moncloa para pedir ayuda a Rubio ante los apuros económicos de su empresa.

En la conversación, intervenida por la policía e incluida en el sumario, el constructor le dice a Correa: "Yo tengo una amiga allí [en La Moncloa] que está con el presidente, Angélica, que es mi amiga desde hace muchos años, y al final fui a contarle mis penas y me dijo que me iba a echar una mano. Espero que me adjudiquen de Adif [la entidad dependiente del Ministerio de Fomento que gestiona las infraestructuras ferroviarias] el 15 de enero las cocheras de Valladolid". Y el cabecilla de la trama le responde: "Tu amiga Angélica levanta el teléfono y se cuadran. Una empresa emblemática como la tuya, y que éste [Zapatero] es de ahí [de León], seguro que te lo arreglan".

Obras del AVE

Sólo entre 2005 y 2008, Begar Construcciones y Contratas incrementó su cifra de negocio de 272 a casi 500 millones de euros -además de una cartera de obras contratadas por valor de otros 800 millones-, y su principal cliente fueron las administraciones públicas. En febrero del pasado año, Adif adjudicó a la empresa de Ulibarri el contrato para el soterramiento de las vías del AVE en los accesos a Valladolid. Las obras serían ejecutadas por una UTE integrada por Begar, Corsán-Corviam y Zarzuela Empresa Constructora, con una inversión superior a 76 millones de euros.

Sin embargo, la crisis económica y, sobre todo, la imputación de Ulibarri en el caso Gürtel han frustrado las aspiraciones del empresario leonés de sacar su holding a bolsa antes de 2011 y alcanzar los 1.000 millones de euros de facturación anual. Tras el estallido del escándalo de corrupción vinculado al PP, en febrero de este año, Zapatero soltó amarras con Ulibarri. Hasta el punto de que a finales de marzo, sólo un mes después de las primeras detenciones e imputaciones ordenadas por Garzón, Fomento dio marcha atrás en su intención de adjudicar a la constructora de aquél un contrato de casi 36 millones de euros para el trazado de un tramo del AVE entre Palencia y León, para el que Begar obtuvo, según la propia empresa, "la máxima puntuación técnica y económica".

Entre la documentación entregada por el Grupo Begar al juzgado de lo mercantil de Valladolid, el pasado mes de junio, para solicitar el concurso de acreedores de su filial, figura un escrito en el que se exponen las razones que, a juicio del holding presidido por Ulibarri, han provocado la crisis de su negocio. Ese documento sostiene que "la extraña forma de proceder de Adif" -en alusión a la anulación del contrato para el tramo del AVE entre Palencia y León- "curiosamente coincide en el tiempo con la aparición en diversos medios de comunicación de noticias que vinculaban al señor Ulibarri con el denominado caso Gürtel".

La banca habría visto en esa decisión de Fomento "una manifestación de desconfianza por parte de las administraciones públicas, principales clientes de la empresa". De ahí que los bancos, según el Grupo Begar, rechazaran la refinanciación de su deuda, haciendo "imposible que la compañía cumpla con sus pagos" y precipitando la solicitud del concurso de acreedores.

"Un empresario emprendedor"

La ruptura de Zapatero con su protegido parecía cantada tras la irrupción en escena del caso Gürtel. Y los temores del presidente del Gobierno de que su amistad con Ulibarri le pasara factura se vieron confirmados pocos días después. La imagen mostrada en el pleno valenciano por Camps, era el testigo perfecto de los días de vino y rosas compartidos por el presidente del Gobierno y el empresario. Fue tomada el 6 de junio de 2008, ocho meses antes de que el caso Gürtel salpicara a Ulibarri, durante la conmemoración del XVIII aniversario de la Televisión de León, de la que éste es propietario. En su discurso, Zapatero se deshizo en elogios hacia su amigo constructor, al que se dirigió como "querido José Luis" y definió como "un empresario emprendedor que anticipó el futuro poniendo en marcha la televisión local de León".