sábado, 29 de agosto de 2009

El cartero del Estatuto

El cartero del Estatuto
El Tribunal Constitucional se ha convertido en un pelele al que todo el mundo zarandea
25.08.09 09:38. Archivado en Justicia, Gobierno, Autonomías

Se supone que el Estado de Derecho se rige en teoría por el imperio de la ley, pero en el cuadro estupefaciente de nuestra degradada democracia ya ni siquiera produce asombro que altas autoridades se manifiesten dispuestas a desacatar al más alto tribunal si emite una sentencia que les contraría.
Afirma Ignacio Camacho en ABC que hemos llegado a un nivel de descomposición moral de la política que a nadie le llama la atención que el presidente de la Generalitat -máximo representante del Estado en Cataluña- y el del Parlamento autonómico declaren con máxima seriedad su intención de ignorar cualquier fallo adverso sobre el Estatuto que ampara sus cargos.
Los tipos encargados de redactar las leyes y hacerlas cumplir se niegan -preventivamente además, lo que viene a constituir una coacción o una amenaza- a someterse a cualquier veredicto judicial que les parezca inconveniente, y lo hacen alegando la supremacía de los pactos políticos.
A su espíritu de insubordinación añaden así una severa dosis de ignorancia sobre los fundamentos jurídicos del sistema que ellos mismos encarnan; en cualquier país normal gente así sería víctima del oprobio de la opinión pública, pero no es descartable que aquí la veamos pronto ennoblecida por su briosa resistencia en nombre del soberanismo identitario.
En este ambiente envilecido por la prevalencia del sectarismo el Tribunal Constitucional se ha convertido en un pelele al que todo el mundo zarandea sin que ninguno de sus miembros, y menos su dócil presidenta, se levante a defender su independencia y su rango.
Su capacidad de resistir la presión parece de una fragilidad alarmante. La sentencia del Estatuto está bloqueada porque se ha convertido en la clave de una posible crisis de Estado, y no hay nadie con jerarquía bastante para proclamar que el problema no lo han creado los jueces con su criterio sino los políticos con su desvarío.
Fueron ellos, con Zapatero a la cabeza, los que impulsaron el Estatuto a trompicones -«como sea»-, lo arrastraron por un peñascal jurídico y trataron después de naturalizar el apaño a base de hechos consumados.
Ahora, consciente de que el infumable texto no cuadra con la Constitución por muy laxas que sean las interpretaciones de sus egoístas preceptos, al Gobierno le entran sudores fríos en plena canícula sólo de pensar que el cartero del TC le traiga de vuelta el paquete, y está dispuesto a cualquier cosa con tal de verlo pasar de largo sin llamar al timbre.
Incluso a demoler el poco prestigio que le queda a la justicia como ultima ratio de la democracia.
No estamos, como sugiere Montilla, ante un choque de legitimidades sino ante un conflicto entre el derecho y la política; si prevalece la política será un enjuague ignominioso que dará la puntilla al sistema y lo convertirá en papel mojado sometido al pragmatismo cínico de una clase dirigente autista.

Sin calculadora es imposible

Zapatero asegura que las subidas de impuestos serán limitadas y temporales

Peridis

El Gobierno planea eliminar la deducción de 400 euros


"Hemos actuado en beneficio del país... del país de la nación, claro"


IU también quiere reformar la Constitución para evitar que colisione con el Estatut


Más funcionarios

Es imposible calcular el número de despropósitos, mentiras y promesas incumplidas del gobierno de ZP, no soy demasiado malo en números, simplemente me desborda, quizá es momento de iniciar una serie de comentarios sobre las promesas hechas por Zapatero desde el inicio de la campaña electoral de 2004 y ver cual de ellas se ha cumplido y cual no, ¡ojo! siempre leyendo la letra pequeña, no pase como con la ayuda de los 420 euros y luego pensemos que se ha cumplido lo que no o al reves.
Dijo ZP que no se subirían los impuestos, ahora parece ser que si, ¿como si no puede el Estado recaudar todo el dinero que necesita para pagar la ayuda de los 420 euros?, eso si, será una subida limitada y temporal, el límite lo pondrá él seguramente, el tiempo solo Dios lo sabe a pesar de estar en un país que se declara laico, todo y que en sus costumbres pudiera parecer lo contrario, supongo que el tiempo respondera a las necesidades del gobierno y a lo que tarden en aparecer los brotes verdes, pero los de verdad no los pintados con rotulador.
Zapatero prometio una deducción de 400 euros en el IRPF, algo que no se si todos hemos notado, pero por si acaso, los que no, jugarán con ventaja si se elimina, ya que tampoco notarán la falta de ella.
Se están planteando una serie de ERE's por parte de la Administración Pública, claro que eso solo ocurre en algunos ayuntamientos o administraciones no en todas, como vemos la Generalitat, no solo no plantea ninguno si no que además aumenta el número de funcionarios, pese a que el país lo tenga mal para pagar sus sueldos, claro que con el dinero que se espera recibir con la nueva financiación igual llega para eso y para invitar a unas cañitas
Seguimos gastando en televisión, no es desde luego el mejor momento para ello, aún así, la TDT sigue adelante, todo por el bien del ¿País?
Y hay quien apuesta por reformar la Constitución para evitar que colisione con el Estatut, más gordas llegarán, ¿no sería más lógico, reformar el Estatut para que no colisione con la Constitución que es una norma de mayor rango?, pues parece que para algunas personas no es así, y como ZP prometió que aprobaría el Estatuto que saliera de Cataluña, ahora a ver que salsa le echa para que no se le indigeste, claro que a lo mejor también tenía esa promesa letra pequeña y los catalanes no supieron verla.
Se acabaron las vacaciones de los políticos y no puede decirse que no se haya notado, este curso que se inicia ahora promete ser movidito.
Eso sí, gracias al virus de la gripe A, que parece ser cada día más fuerte y letal, tal vez se reduzca el número de parados, o el de trabajadores quien sabe, como tampoco es necesario una campaña de vacunación general, claro que todo puede ser que el problema no es si es necesaria o no, si no, si el gobierno puede permitirse pagarla o no.