martes, 29 de diciembre de 2009

El avispero de las veguerías (vaya lío)


El mapa genera conflictos en Tarragona, Cataluña central y Penedès

El mapa de las veguerías ha destapado la caja de los truenos de los conflictos territoriales, algunos históricos y otros de nueva creación. Éstas son algunas de las rencillas existentes.

Tarragona y Reus, otra vez. Las veguerías han reabierto en Tarragona una disputa siempre latente: el embrollado encaje de los motores de la provincia, Tarragona y Reus, en un único ámbito administrativo. La nueva ley abre la puerta a la capitalidad compartida y podría suprimir la centralidad que la Administración ha conferido a Tarragona desde el imperio Romano, como gusta recordar a los tarraconenses hasta en Los Pastorets del domingo en el teatro Metropol. "Sospechamos que alguien pretende hacer inventos extraños", dice el alcalde, Josep Félix Ballesteros (PSC).

Reus celebró la semana pasada un acto solemne en el teatro Fortuny bajo el lema Todos somos capital. El alcalde, Miquel Pérez, del PSC, afirma: "Queremos asumir la parte de capitalidad que corresponde a nuestra ciudad". Tarragona entiende que la veguería debería consolidar su centralidad en el territorio, rango que le ha discutido la ciudad vecina. El colofón consiste en rebautizar el nombre de la veguería. "La denominación Camp de Tarragona no refleja la realidad", argumenta Ballesteros. "Debe llamarse veguería de Tarragona, con la capitalidad en Tarragona. Sin estas condiciones no podremos apoyar la ley". La hoja de ruta trazada por parte de Reus es un calco en negativo de la de Tarragona. "La veguería deberá reconocer el protagonismo de Reus con la cocapitalidad", dice Pérez. Mañana, el grupo Mou-te per Tarragona, integrado por 300 entidades, ha convocado una concentración en defensa de la capitalidad de la ciudad.

- La aspiración del Penedés La Plataforma por una Veguería Propia se creó hace ya cinco años en el Penedès para lograr un área que incluyera las comarcas del Alt y Baix Penedès y Garraf, así como aquellos municipios de Anoia que lo solicitaran. La plataforma, transversal e integrada, sobre todo, por personas ajenas a los partidos, ha planteado numerosas acciones, presentando mociones en los consistorios y recogiendo firmas. Su reivindicación la apoyan por razones históricas (el Penedès ya fue veguería en su día) y porque el territorio tendría una mayor descentralización, abriendo incluso la circunscripción electoral propia. En el ámbito local, CiU y ERC se adhirieron rápidamente a la propuesta. Pero el discurso de la dirección de los dos partidos ha sido muy ambiguo, hasta ahora. La plataforma ha tenido un primer éxito: el Parlament acaba de aprobar que al Penedès se le trate como un ámbito funcional, con su propia realidad, dentro del futuro Plan General Territorial de Cataluña. Para muchos, es la antesala de la veguería, no prevista. Como partidos, CiU, ERC y PP respaldan la iniciativa. Otra cosa es lo que ERC haga dentro del Gobierno. El PSC y ICV son más reacios.

- Manresa contra Vic. El nuevo mapa de veguerías encorsetó a Osona a regañadientes en la Cataluña central. La batalla por la capitalidad, Manresa contra Vic, estaba servida y ninguna de las dos quiere perder. Osona ha ido ganando peso y confianza a lo largo de estos años y hoy da por hecho que se optará por la solución salomónica de la cocapitalidad. La desaparición de las capitales en el último borrador del anteproyecto de ley así se ha entendido en Vic, mientras que Manresa parece haberlo encajado más como un espaldarazo. No es sólo ése el único conflicto: el mapa sitúa a Osona junto a territorios tradicionalmente tan poco próximos como Anoia, Bages, Berguedà y Solsonès y, en cambio, la aleja del Ripollès, con el que mantiene lazos funcionales, económicos, sociales, culturales e históricos. Por ello, se crearon plataformas en sendos territorios que reivindicaban una octava veguería, la del Alt Ter, que abría las puertas a la vecina comarca de la Garrotxa y al área del Lluçanès. A lo largo de los años la propuesta, que contó con apoyo político en el territorio, ha ido perdiendo fuelle.

Fuente El País 29/12/2009