domingo, 1 de febrero de 2009

La 'fábrica de españoles'

200.000 cubanos tendrán nacionalidad española en 2011, a tenor de las solicitudes iniciadas en la Habana por hijos y nietos de exiliados y emigrantes

El ingenio popular ya ha bautizado al Consulado General de España en La Habana: "la fábrica de españoles". Comenzó a funcionar el pasado 29 de diciembre, cuando entraron en vigor las disposiciones de la Ley de Memoria Histórica que establecen que los nietos de exiliados y emigrantes pueden adquirir la nacionalidad aunque sus padres hayan nacido fuera de España, en este caso en Cuba. Si se cumplen las previsiones, cerca alrededor de 200.000 cubanos serán españoles dentro de tres años, un 2% de la población de la isla.

La llamada Ley de nietos es una bomba de relojería en un lugar como Cuba, donde cualquiera tiene un abuelo español y el potencial migratorio es inmenso. Dada la situación económica y política y las dificultades que encuentran los cubanos para viajar, la gente puede hacer malabares para obtener un pasaporte español.

"Desde hace tiempo, que en La Habana no se habla de otra cosa, en los taxis, en las colas, en todos lados", confirma Siumey Torres Dopico, de 28 años, nieta de un niño de la guerra. Su abuelo Pedro Manuel Dopico, natural de A Coruña, llegó de muy pequeño a Cuba a finales de 1936. Recuperó la nacionalidad en 2007, y desde entonces cobra una pensión de España. La madre de Siumey, Finita, nacida en Cuba, adquirió la nacionalidad el año pasado a través de la antigua normativa.

Hasta ahora, ella no tenía derecho a la ciudadanía, debido a que su madre no era oriunda de España. Pero como muchos cubanos, Siumey estaba "velando la ley de nietos desde hace rato". Cuando comenzó la rebatinga, un amigo le resolvió los impresos y la cita en el Consulado por Internet y fue de las primeras en entregar la solicitud. A Siumey le faltan dos años para terminar la carrera de Contabilidad. Después, dice, le gustaría viajar a España. "No por cuestiones políticas, simplemente para progresar".

Fuentes consulares calculaban, antes del 29 de diciembre de 2008, en 300.000 los cubanos que podrían solicitar la nacionalidad. La estimación era que unas 150.000 peticiones podrían llegar a buen puerto en los dos años de plazo, prorrogables a tres, que da la ley para tramitar los expedientes.

Sin embargo, todo apunta a que la cosa puede desbordarse. En un mes, y con varias fiestas de por medio, 20.000 cubanos han solicitado turno en el Consulado para entregar su documentación. "Y eso que las citas hasta este momento sólo pueden coordinarse vía Internet [y que, ya se sabe, en Cuba son una minoría los que tienen acceso a ese servicio]", comenta un funcionario consular.

Dentro unos días el Consulado General instalará los equipos telefónicos que permitirán pedir turnos por esta vía sin colapsar la centralita.

Maria Eugenia Sánchez es responsable de la oficina que lleva los temas de nacionalidad. Tras los refuerzos aprobados ? ya son 33 las personas que trabajan a tiempo completo en su departamento -, espera tramitar unos 78.000 expedientes al año. El mecanismo, comenta, empieza a engrasarse ahora: "Estamos recibiendo unos 90 expedientes diarios, pero esperamos estabilizar la cifra en 325 al día". Hay que sumar los casos de adquisición de la nacionalidad por la vieja normativa, que sigue vigente; son unos 360 casos semanales, entre adultos y menores - desde 1994, 55.000 cubanos han optado por la ciudadanía española o la han recuperado - .

La legislación anterior establecía el derecho de nacionalidad sólo para hijos de "españoles de origen" nacidos en España. Ahora se amplía a los españoles no nacidos en España, lo que permite adquirir la ciudadanía a hijos de cubanos que han recuperado recientemente la nacionalidad.

El Cónsul español, Pablo Barrios, al frente de un equipo de 100 personas, apunta dos datos muy ilustrativos: en 1898 Cuba tenía 1.800.000 habitantes, y se calcula que aproximadamente un millón de españoles emigró a la isla en el primer tercio del siglo XX. Cuba tiene hoy 11 millones de habitantes.

Hasta el momento, el Consulado español ha recibido un millar de expedientes. Menos de 10 son de descendientes de exiliados, como Siumey. "La mayoría son casos de nietos de emigrantes", asegura Barrios.

La familia de María Elena García, de 43 años, es el prototipo. Su abuelo, Antonio García Alemán, llegó a Cuba a los 17 años procedente de Tenerife. Venía "con una mano delante y la otra atrás". Se instaló en Cienfuegos como agricultor. Murió sin regresar a España. El padre de María Elena, nacido en Cuba, recuperó la ciudadanía en 2007. "Yo estaba pendiente de la ley de nietos desde antes de que empezara a discutirse en el Congreso", dice.

Como sus dos hijos son menores de edad, también los va a "hacer" españoles. "Cuando tengamos arreglados todos los papeles pienso viajar a España y buscar trabajo", afirma.

- La crisis es seria, no es un buen momento, le digo.

- Sí, pero de esa crisis se sale, de la de aquí, mas nunca, comenta otro solicitante en el Consulado.

Barrios no para. Toma nota de los casos complicados. Da citas.Llama a Santa Clara o Santiago de Cuba para preguntar un dato, firma pasaportes, resuelve el tema de la inscripción de un matrimonio ?2.400 matrimonios entre españoles y cubanos se inscriben cada año en el registro consular?.

Luis Gómez le aborda en un pasillo. Su abuelo, Luis Gómez Pestano, vivía en Cuba en los años 20. Era escritor y comediógrafo y regresó a España con su familia durante la II República. Al comenzar la guerra fue fusilado por tropas de Franco. El cónsul le explica que su padre, Luis Gómez Baglietto, de 88 años, tiene derecho a reclamar una pensión si recupera la nacionalidad y que él también puede hacerse ciudadano español.

Barrios y sus colaboradores trasladan la oficina allá adonde van. También uno. Vas a un cine, a un restaurante, a un mercado, y siempre lo mismo: "¿Uté es español? Sólo una preguntita...".

Es el monotema.

Los registros cubanos, en general, y el departamento de Legalizaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, en particular, empiezan a sentir la presión. La gente anda a la caza de documentos para demostrar la fecha en que sus padres entraron al país o cualquier papel que demuestre su origen.

Muchos hijos y familiares de cubanos importantes están reclamando la ciudadanía. El asunto tiene una dimensión política y preocupa: si todo marcha según lo previsto, el 2% de la población cubana será española en 2011. Algunos aseguran que se trata de un cálculo conservador.

"A la gente le da lo mismo lo de Obama. Lo que importa ahora en Cuba es hacerse español", bromea Siumey. En la valija diplomática del próximo jueves llegarán los primeros pasaportes, calentitos.

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