viernes, 23 de enero de 2009

¿Cuanto le queda a Zapatero?

Como en las mejores películas del cine negro, todos los elementos se van configurando hacia un fatal desenlace. Crece la expectación ciudadana a medida que las noticias revelan en que manos se encuentra nuestro destino inmediato. Incluso, algún alarido quedo, se escucha en medio de la oscuridad de las cifras económicas que se presentan y la parva reacción acogotada de nuestros políticos. Bajo un farol, de luz cetrina, se columbran unas cejas, se oye una voz profunda, atemperada, amable, que nos anuncia que en marzo, todo, absolutamente todo, estará resuelto. Será un androide, dirán algunos.

Cada día que pasa, el Gobierno de Zapatero nos cuesta miles de millones de euros, llantos ante los bancarios tratando de prologar las hipotecas hasta los cuarenta años, 8000 parados nuevos, 2000 pobres nuevos, decenas de cierres empresariales, un incremento en el déficit comercial, unas pérdidas en la bolsa desconocidas en nuestra historia, y una sensación general de pánico en la población española, no vivida desde la guerra civil.

Cada declaración de un ministro se convierte en un chiste, con una velocidad desconocida en la historia del humor político español. Hoy, hay que preguntarse de una vez, donde están los once millones de inteligentes ciudadanos que nos han traído hasta aquí, arrastrados por los titiriteros que defendían la alegría, y los motivos para creer.

Los once millones de ciudadanos que apoyaron al PSOE hace menos de un año, para que Zapatero fuera presidente del Gobierno, las van a pasar putas, ni se imaginan lo putas que las van a pasar. Y se lo tienen bien merecido, por haber votado a un propagandista iluso. El problema, es que gracias a su inteligencia, los 35 millones de españoles restantes las vamos a pasar también putas, menos que ellos, por supuesto, porque al menos, los que no votamos al PSOE podemos decir que vaya mierda y acordarnos del abuelo y la memoria histórica. Pero ellos, no, ellos tienen que callarse, y llevar con estoicismo la vergüenza de haber sido los responsables de lo que está ocurriendo en nuestro país.

Ahora que Pepiño ya no puede echarle la culpa a Bush de lo que ocurre, ni a Rajoy, nos dirá que todo se debe al cambio climático, porque España es un país rodeado de mar y eso ha hecho que el déficit público se haya incrementado, y de esos once millones de creyentes, todavía algunos aplaudirán de forma entusiasta las baladronadas, aunque estén en el paro, al borde del desahucio, y no sepan que comerán dentro de dos semanas.

España no solo tiene una crisis económica, tiene además una crisis moral fundamentada en la corrupción pública, en los negocios amistosos, y en la absoluta incapacidad de nuestros gobernantes actuales para proponer algo que tenga mínimo sentido.

Y solo nos queda saber cual será la chispa que hará saltar todo por los aires, que un parado le tire un zapato a Zapatero, que un desahuciado se ponga a vivir con una tienda de camping y su familia en las estribaciones de La Moncloa, que una manifestación de estudiantes termine con muertos, o que alguien le pregunte a Zapatero el próximo lunes en el programa "tengo una pregunta para usted", ¿por qué no se va, señor Presidente, y permite que llegue alguien que pueda resolver los problemas que tenemos?. Y Zapatero, con los ojos humedecidos, dirá algo así: "es algo que le aseguro que he pensado mucho durante los últimos días, pero eso sería abandonar a su suerte a este país y ante todo, yo soy un ciudadano socialista y responsable". Grandes aplausos.

Los bidones de explosivos sociales se están cargando cada día en las ventanillas de los bancos, en las colas del INEM, en la calle. El riesgo de estallido social se incrementa cada semana. El Gobierno se sostiene sobre la coyuntura internacional, tratando de que no se vea el desastre administrativo y de gestión que han organizado. Si no fuera porque los sindicatos, para su vergüenza, están mostrando su sumisión al poder, del que reciben dinero, otro gallo cantaría. Pero se la han jugado a perder, a CCOO y UGT les ocurrirá lo mismo que a IU, ya nadie volverá a creerles.

Como Rajoy (al que arrastrará Zapatero en su caída por sus enormes errores), servidor está esperando a ver que ocurre. Zapatero tiene razón, de aquí a marzo, todo estará resuelto, porque habrá tenido que someterse a una moción de confianza o de censura, porque si pidió el aval parlamentario para negociar con ETA, también debe pedirlo para representar los intereses generales ante la crisis.

Zapatero tiene razón, en marzo, todo quedará resuelto, porque él ya no estará en La Moncloa. En caso de que no sea así, los españoles nos merecemos lo peor.


Erasmo de Salinas

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