jueves, 5 de febrero de 2009

Las reglas del juego de las farmacéuticas

RELACIONES CON MÉDICOS Y PACIENTES
  • Estas empresas interactúan con profesionales, organismos y público en general
  • Algunos expertos sugieren varias acciones para hacer más transparentes estos lazosIlustración de Elisabeth Nogales
  • MARÍA VALERIO

    MADRID.- ¿Dónde está el límite del marketing? ¿Cómo deben ser las relaciones entre la industria farmacéutica y los galenos? ¿Sabe usted qué vínculos tiene su médico con el fabricante del fármaco que le acaba de recetar? Cinco puntos de vista abordan esta espinosa cuestión en el último número de la revista 'British Medical Journal'.

    Marcia Angell, de la Universidad de Harvard (en EEUU), representa el punto de vista más radical en este tablero de juego que reúne a las instituciones académicas, los laboratorios privados, investigadores, médicos y pacientes. Para ella, no debería existir ningún tipo de relación entre quienes tienen que prescribir fármacos y quienes se dedican a ganar dinero vendiéndolos.

    Angell considera que a menudo se olvida el carácter comercial de la industria ("no son organizaciones de caridad"), que 'disfraza' sus verdaderos intereses de eventos educativos. Reuniones profesionales, conferencias, cenas de trabajo y regalos de varios tipos que se financian directamente a través del presupuesto de marketing, advierte.

    "Por supuesto que la industria ofrece información exacta a los especialistas, pero sólo cuando ésta sirve a sus intereses comerciales", apunta esta especialista; que cree que ha llegado la hora de que las organizaciones médicas financien sus propias publicaciones y reuniones, sin necesidad de ir de la mano de la industria.

    Algunas sugerencias

    Por su parte, Harlan Krunholz y Joseph Ross, de las universidades estadounidenses de Yale y Monte Sinaí, destacan algunas propuestas para ayudar a aclarar las reglas de juego entre todas las partes.

    En primer lugar, sugieren que se prescinda de las actividades promocionales en los escenarios en los que haya por medio decisiones sobre prescripción, porque "pueden tener la desafortunada consecuencia de influir en el paciente para que demande ciertos tratamientos". Además, proponen que médicos, científicos, instituciones y organizaciones de todo tipo hagan pública cualquier vinculación o relación financiera de todo tipo con la industria. "La transparencia no asegura la ética, pero abrirá nuevas interacciones".

    Coinciden también con Angell en que se debe poner fin a todo tipo de actividad educativa patrocinada, "porque reduce la credibilidad, independientemente de su calidad". A cambio sugieren que se busque la financiación en fuentes públicas o consorcios público-privados.

    También recomiendan que todos los ensayos clínicos que estén esponsorizados sean "visibles, responsables y cumplan con todos los estándares de seguridad para proteger a los pacientes voluntarios". Proponen además que se hagan públicos los resultados a los dos años de que hayan concluido, independientemente de que hayan aparecido en alguna revista médica; y que se conozca con más detalle a los miembros de los comités encargados de su revisión.

    Otro punto de vista bien distinto es el que ofrece Richard Tiner, de la asociación británica de compañías farmacéuticas, que considera "legítimo" el derecho de estas compañías a ofrecer información sobre los beneficios de sus productos. Para evitar cualquier exceso, asegura, ya hay varios códigos éticos y de buenas prácticas que han mejorado las actuaciones de la industria en este sentido en los últimos años. Algo en lo que coincide Gordon Coutts, vicepresidente de la compañía Schering Plough en el Reino Unido.

    Por su parte, Scott Gottlieb, analista sanitario de la firma American Enterprise, considera que la relación entre ambas partes debe estar basada únicamente en "trabajos genuinamente científicos". Para ello, concluye, la industria debe establecer guías transparentes sobre sus relaciones con médicos, y también con los pacientes, que cada vez tienen un papel más activo en las decisiones sobre su tratamiento.

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