martes, 3 de febrero de 2009

Nuevo lío en las escuelas



Ayer saltó la noticia, la Consejería del ramo ha lanzado lo que parece un globo sonda con medidas para resolver el fracaso escolar tan tremebundo que padecen los chavales, que además de competir entre ellos por ser el último de la clase, también compiten a nivel europeo. Otra disciplina en la que somos campeones.
Pues bien, resulta que todo está en que a los profesores no les da tiempo a dar tanto temario y por eso -que no E.S.O.- adelantan una semana, para que tengan cinco días más de clase. Y no sólo eso, además se volvería a la jornada partida, de mañana y tarde, supongo que para arañar alguno horita más.
De todo esto me he venido a enterar en un animado debate que tenían ayer por la mañana en la programación local de la SER, en la que los profesores se negaban en rotundo, los padres no lo veían tan mal -ni tan bien-, la ciudadanía en la calle le importaba más bien poco, a los alumnos no se les preguntó y a la delegada le preguntaron pero prefirió no tomar parte del debate, tenía cmpromisos a los que tenía que asistir sí ó sí y tampoco dejó constancia de su punto de vista ni por teléfono ni en grabación.
Lo más chocante del debate fué la postura de un cierto representante sindical del profesorado, el cual tachaba las posibles medidas de involucionistas -hasta ahí todo normal- y las comparaba con cierta mofa con lo de llamar a usted al profesor o el encerado elevado desde el que los profesores daban clase antaño. Y digo yo, sin ánimo de ofender. Quizá parte del problema esté en lo mal valorados que están desde la propia enseñanza de valores de respeto y disciplina que existían cuando a los profesores se les llamaba de usted y daban clase desde un lugar algo más elevado que el de sus alumnos.
No me refiero, claro está, a que tengan que reimplantarse situaciones de hace cincuenta años. Sino a que en la educación deberían volver a inculcarse valores como el respeto, la disciplina o el esfuerzo. Valores que se empezaron a desprestigiar a mi generación y que viví algo degradados en mi el colegio. Y la cosa se ha ido agrandando desde entonces.
Respeto al profesor, a los compañeros, a no mismo, al conjunto de la sociedad.
Pasa como decía anoche un profesor por correo electrónico al programa de Alsina en Onda Cero; Que no puede ponerle un cero a un alumno que ni se mira el libro, que molesta a los compañeros, que interrumpe al profesor, que miente a los padres, que falsifica las notas. Decía este hombre que le hubiera gustado preguntarle al respecto al Presidente del Gobierno en "Tengo una pregunta para usted" de haber podido ir. A mí, la verdad, me gustaría poder preguntar de lo mismo a todos los ministros y consejeros de educación de veinte años para acá.
La verdad es que me preocupa el futuro que nos espera a todos, con esa panda de edonistas ególatras que nuestra sociedad está engendrando. No es que todos los chavales sean así, pero la cada vez más imposición de contravalores que se está imponiendo en nuestra sociedad y que se está cebando con los más jóvenes es para no estar del todo tranquilo. O al menos eso pienso yo.

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