El nacionalismo independentista es un virus nocivo; una obsesiva actitud regional, miope, obtusa y conflictiva. En unos tiempos, en que el mundo se abre, se globaliza, acorta distancias y difumina fronteras, no caben las pequeñeces, las reducciones y las aspiraciones solitarias.
Este José Luis, nacionalista, ha sido invitado al programa televisivo: 'TENGO UNA PREGUNTA PARA USTED'. Tal invitación, es, conociendo su andanza, su avituallamiento ideológico y enfrentamiento político no es más que un claro desacierto de la dirección de la Cadena. El público asistente traído de todas las regiones autónomas, al terminar, llevando en la boca, entre sonrisas y burlas, un único nombre: «José Luis», iba comentando: Este Pepelu es un raro personaje, extravagante, autosuficiente e improcedente lleno de rencor, que renegó de sus orígenes familiares y aragoneses y sin permiso del Gobierno se sentó en conciliábulo con asesinos en Perpiñán. Luego, vino lo de la corona de espinas, y ahora, lo de los quemadores de fotos del rey.
Un estudiante de Valladolid inició su pregunta, con la correcta fórmula: “D. José Luis, que …”. No pudo seguir, el político electrizado, enervado y soberbio, lo cortó de modo descortés y le espetó que ese no era su nombre, lo repitió y se lo reiteró y, como un energúmeno, intimidó al muchacho que no reaccionó, quedó helado; más aún, osó aleccionar al público con sus teorías lingüísticas e históricas, terminando por ofenderlos a todos, incluso a los espectadores. “¿No han aprendido, dijo, desde 1740, a pronunciar Jusef Lluis?”. “Pues, no”, le dijo una señora. «No sé catalán y no pienso aprenderlo». No, no necesitamos los españoles hablar catalán en España ni en el mundo”. ¡Lastima! Allí de haber reaccionado, debió este chico haberle respondido lo que explicó después: «Como hombre y político debería tener más respeto por los ciudadanos. Es un prepotente, un impresentable». «José Luis (sic) se ha aprovechado de mi debilidad ante las cámaras, es un insolente grosero».
Este mañico es hijo del guardia civil JOSÉ LUIS PÉREZ ALMECIJA y de ELVIRA DIEZ ROVIRA, naturales de la provincia de Zaragoza. Tuvieron dos hijos: José Luis Pérez Diez (hoy CAROD-ROVIRA) y Juan de Dios Pérez Diez (hoy, APELLES), cuyo lugar de nacimiento es desconocido, probablemente, fuera alguna casa cuartel de la provincia de Teruel. Siendo aún pequeños, destinado el padre a Tarragona, los Pérez Diez se establecieron en Cambrils. Los niños estudiaron y crecieron en el ambiente españolista del cuartel, pero, luego toman contacto con intelectualoides independentistas, al entrar, JOSÉ LUIS PÉREZ DIEZ, en el Seminario de Tarragona, para recibir su formación sacerdotal. Rebotado de su vocación, cuelga la sotana, y, como alma que lleva el diablo, comienza a estudiar Filología Catalana, según escribe su admirado Rovira i Virgili, el que, inspirándose en la raza aria alemana de Hitler, parió la idea de una raza catalana; se afilia al PSAN (Partit Socialista de A'liberament Nacional), al BEAN y después a Nacionalistas d´Esquerra.
Repudiando sus raíces, cambian su nominación. El ‘Rovira’ lo toma de la lejana rama catalana-aragonesa de su madre y el ‘Carod’ de la única lejana gota de sangre catalana que, quizás, ande en algún capilar de su padre. Su progenitor está actualmente retirado y se dedica a pescar en Tarragona, para superar el fracaso como educador de sus hijos. El otro hermano, Juan de Dios, se puso de nombre, Apelles (en honor del poeta y escritor). Ya ven que el cambio de nombre es contagioso en esta familia (Breve biografía de Carod-Rovira, enviada por rodrig_).
Esto y más es lo que nos ha traído la Ley Electoral, que necesita urgente reforma, para limitar presencia y pactos de grupos de escasa representación; unos políticos de tercera, sin talla política, sin casi solidez y menos valía. Así, ¿qué puede esperar la Nación, qué democracia podemos ver?
Camilo Valverde Mudarra
I’ll n’y as pas d’amours hereux
Hace 5 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario