domingo, 26 de abril de 2009

Sant Jordi

Jorge de Capadocia

En Cataluña la fiesta del Día de Sant Jordi se generalizó también a mediados del siglo XV. La fiesta se ha convertido con el tiempo en el día de los enamorados: el enamorado regala a la amada una rosa roja. Más tarde se generalizó la costumbre de que, como contrapartida, las mujeres regalaran un libro a sus amados

Hay quien piensa que Sant Jordi es exclusivo de Cataluña y además confunde al dragon con aquellos que no comulgan con sus ideas

5 comentarios:

  1. ¿Y? Una cosa es estar en contra del nacionalismo y otra bien distinta es tirar por tierra las tradciones de Cataluña como si no valiesen nada. La historia de todas las culturas es una historia de fusiones, influencias y préstamos, y en eso Cataluña no es distinta a ninguna otra región de España. Por poner un ejemplo, nadie pondría en duda el carácter y la peculiaridad de la Semana Santa sevillana sólo porque la pasión de Cristo sea una tradición de orígen judío que además se celebra simultáneamente en todo el planeta.

    No es necesario ser nacionalista para valorar una tradición como la de San Jordi, que es tan hermosa como estimada por todos los catalanes, y si la línea de trabajo de UPyD en esta comunidad consiste en desacreditar todo aquello que forma parte de la vida cotidiana y de los valores propios de Cataluña acabareis siendo una opción marginal aceptada sólo por ese sector minoritario de la población que reside en nuesta tierra sin sentirse parte de ella.

    Estad seguros de que uno se puede sentir catalán y español a un mismo tiempo, y que ese sentimiento no sólo es compatible sino complementario. Lo que no se puede es aspirar a que Cataluña deje de ser Cataluña y abandone sus tradiciones, su cultura y su carácter para satisfacer a un puñado de personas que se sienten incapaces de adaptarse a la realidad en la que viven, y consideran más oportuno contribuir a "allanarla" con el fin de que su entorno acabe siendo lo más parecido a su lugar de procedencia.

    Constitución, bilingüismo, regeneración democrática, todo lo que vaya en esa línea puede ser perfectamente asumible por la sociedad catalana. Pero la catalanofobia y el "xarneguismo" más trasnocado no sólo están de más, sino que acaban por generar un justo sentimiento de rechazo contra aquellos que los proponen como alternativa política.

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  2. Haciendo acto de presencia el día de sant Jordi, lo único que abalamos es nuestro deseo de estar presentes en los actos de tradición popular catalana, porque olvida usted que nosotros somos tan catalanes como el resto, señor Anónimo, es solo que tenemos una manera diferente de entender Catalunya, pero no ponga en duda que la queremos incluso más que algunos que son nacionalistas.

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  3. Yo ni olvido ni recuerdo quienes son ustedes porque no les conozco. Pero si le soy honesto, leyendo algunas de las cosas que ustedes escriben sobre Cataluña le diré que no creo que ustedes se sientan catalanes por mucho que puedan estar empadronados en Tarragona. Da la impresión de que su forma de entender Cataluña pasa por despojarla de cualquier rasgo cultural específico, de despersonalizarla por completo. Lo cual resulta del todo absurdo, pues a nadie se le ocurriría vulgarizar las fiestas del Pilar o las Fallas para conseguir que Aragón o Valencia fuesen más Españolas. Sin embargo ustedes se atreven a insinuar que la fiesta de San Jordi es poco menos que una copia de algo que se viene celebrando en todo el mundo. ¡Acabáramos! casi cualquiera de la tradiciones que usted puede encontrar a lo largo y ancho de Europa tiene un origen más remoto en el tiempo y en el espacio de lo que actualmente pudiese parecer. Pero si ustedes se sintiesen de verdad catalanes, entenderían el significado intimo que para la gente de esta tierra tiene una tradición como la de San Jordi, sin andar matizando el origen de la leyenda y relativizando el carácter autóctono de la fiesta, cuando no haciendo desafortunadas extrapolaciones políticas sobre lo que cada cual siente o deja de sentir al respecto de nuestras tradiciones. Si ustedes fuesen de verdad catalanes, no irían a montar el chiringuito sencillamente para publicitar su partido y repartir algo de publicidad electoral, sino que, como la mayoría de los catalanes, participarían de la fiesta con respeto y con cariño, sin arriesgar peregrinas teorías sobre lo poco catalana que resulta en realidad una tradición que las gentes de aquí sienten de una manera verdaderamente profunda. Ignoro si en Vígo o en Cádiz se celebra San Jordi con la misma ilusión sana y entrañable con la que lo hacemos aquí, pero tenga por seguro que cualquiera que se diga a si mismo catalán siente la diada de Sant Jordi de una manera absolutamente propia, y si ustedes son capaces de trivializar sobre este sentimiento es porque lo que a ustedes les molesta realmente es que en Cataluña no se celebre la patrona de su pueblo, que seguramente es de lo más original y autóctona del occidente cristiano.

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  4. Vera usted no es que nos sintamos catalanes, es que lo somos, en cuanto a que publicitamos el partido, es una manera de ver las cosas, nosotros solo tenemos conciencia de participar en las fiestas y costumbres de NUESTRA TIERRA CATALUNYA, por otra parte no diferente a la de otros partidos que también plantaron sus mesas, usted no debió de pasear por ellas dada su ignorancia o su ceguera.

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