martes, 27 de enero de 2009

Catalunya sí que cumple

 MARTÍN TOGNOLADesde el curso 2006-2007, la hoja de preinscripción incluye la casilla para que los padres digan qué lenguas entienden sus hijos

 Educació respeta los derechos de quien pide que su hijo reciba las primeras enseñanzas en castellano

El 22 de enero, en estas mismas páginas, el profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universitat Autònoma de Barcelona Albert Branchadell daba su visión del derecho a escolarizar en lengua materna en las primeras enseñanzas, y de su cumplimiento en Catalunya. El profesor hacía un recorrido desde la denuncia de un grupo presentada en el 2000 hasta una resolución del Tribunal Supremo reciente que rechazaba un recurso de la Generalitat.
La lectura de esa página puede llevar a conclusiones erróneas, como la del profesor, dado que en el recorrido temporal de la sentencia y las apelaciones a la ley de política lin- güística a las que hace referencia omite dos supuestos importantes que invalidan el propio título del artículo.
Catalunya sí que cumple. Desde la preinscripción para el curso 2006-2007, la normativa y la hoja de preinscripción incluyen la casilla para que los padres de los alumnos puedan decir cuáles son las lenguas que entienden sus hijos, y la información específica de cómo ejercer el derecho a recibir las primeras enseñanzas en la lengua materna. Información que incluye tanto el redactado del artículo 21.2 de la ley 1/1998, del 7 de enero, de política lingüística como la manera de ejercer este derecho. La hoja de preinscripción se puede encontrar en catalán y en castellano.

LOS CAMBIOS en la normativa y en la hoja de preinscripción derivan justamente de la sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya de septiembre del 2004, sentencia contra la que la Generalitat interpuso recurso porque enten- día que había un defecto de forma. Una sentencia cuya ejecución no paró el Supremo. Esta es una de las omisiones más importantes del artículo de Branchadell. El hecho de que no se paralizara la ejecución de la sentencia obligó a cambiar la hoja y la normativa en la preinscripción del curso 2006-2007. Por lo tanto, Catalunya sí que cumple no solo la sentencia, sino también el derecho de que se reciban las primeras enseñanzas en la lengua materna. Ni la normativa ni la hoja de preinscripción que entraban en vigor aquel curso han sido recurridos ante los tribunales, ni tampoco en instancias administrativas.
Respecto del recurso de la Generalitat a la sentencia del 2004, con la resolución que el Tribunal Supremo ha entendido que no podía atender, no cambia absolutamente nada. Simplemente, se cierra un proceso judicial de una sentencia que ya se está cumpliendo.
La otra omisión a la que hacía referencia al iniciar estas líneas es la relativa a la ley de política lingüística. En ninguno de los artículos del profesor Branchadell se cita la decisión explícita y consensuada que adoptamos hace 25 años de no separar al alumnado en aulas diferentes por razón de lengua. Ni una sola cita a lo que, a mi parecer, ha sido la clave para conseguir la cohesión social y lingüística de Catalunya.
Catalunya, pues, sí que cumple. Y de sobras. Respeta los derechos de los padres que quieren que su hijo reciba las primeras enseñanzas en castellano, cumple la prohibición de separación por razones lingüísticas en aulas diferentes (cosa que habría generado dos sociedades, con resultados que cualquiera puede aventurar) y logra que los alumnos salgan de la escolarización obligatoria dominando ambas lenguas: catalán y castellano. Con resultados en lengua castellana, por cierto, que son iguales, y en algunos casos hasta mejores, que los de otras autonomías monolingües del Estado. El modelo y las circunstancias de nuestro país han propiciado la aparición, a cuenta de un Govern preocupado por la cohesión y la igualdad de oportunidades, de las aulas de acogida, de los planes educativos de entorno y, más recientemente, de los espacios de bienvenida educativa, así como la actualización de la inmersión lingüística en las primeras enseñanzas, sistema que parte del respeto absoluto a la lengua materna del alumnado. No puede ser de otra forma, si se quiere llevar a cabo con éxito. Con un poco de empuje por parte de todos, ahora también haremos que salgan del sistema con una tercera lengua, en el marco de un proyecto plurilingüe para cada centro.

Y, POR ÚLTIMO, querría hacer un comentario respecto al proyecto de ley de educación de Catalunya, del que Branchadell sostiene que supone un recorte de derechos, porque pasa de cinco cursos a solo uno aquellos en los que se podrá pedir ejercer este derecho. El proyecto de ley garantiza el derecho de todo el mundo a recibir las primeras enseñanzas en su lengua materna, catalana o castellana. El hecho de que Catalunya no disponga de una ley educativa propia podía poner en peligro de alguna forma el modelo lingüístico. Con una ley catalana, el modelo se blinda. Otra cosa es que algunos sectores quieran discutir el modelo lingüístico de la escuela catalana. Pero, para hacerlo, no se puede decir que ahora la Administración incumple la norma, ni omitir, seguramente sin querer, algunos supuestos importantes que pueden producir lecturas distorsionadas y conclusiones equivocadas.
Catalunya cumple y, además, lo hace con un modelo elogiado, entre otras instituciones, por el Consejo de Europa. Noticia, por cierto, que en algunos diarios de Madrid pasó desapercibida.


Parece ser que con poner una casilla y permitir marcarla ya se ha cumplido con la ley, ya lo sabes marca inglés y sabrás inglés, alemán y sabrás alemán... que fácil no?

1 comentario:

  1. TENGO UNA PREGUNTA PARA ROSA DÍEZ.
    Este blog reclamamos que Rosa Díez pueda acudir al programa "tengo una pregunta para usted", ya que ha este programa ha acudido presidentes del gobierno y autonómicos, líderes de la oposción, líderes de las formaciones con representación en las Cortes, hasta alcaldes como el de Madrid, pero se ha negado o censurado a Rosa Díez, la cual representa a la formación UPyD, que logró en las pasadas elecciones ser la cuarta formación en número de votos.

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